7 oct 2008

Mis pretextos para los "Mil y un minutos de silencio"


Un blogger amigo que se ha autonombrado "nadie" (misántropo y de letras honestas) escribió una joya de poema titulado "Mil y un minutos de silencio", me ha gustado tanto que me inspiró después de varios dias de no escribir nada.

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...Por el despertar cuando nos place soñar
por la lágrima que se queda dentro
ahogándonos

por el abuelo que se marcha
el que tanto nos enseñó

por la estrella que brilla en lo alto
y a veces quisiéramos que caiga y nos haga polvo

por el desgaste de su pantalón
y el carmín de sus labios
de sus malditos labios

por el brillo de sus ojos
por el desdén
por el deseo callado
por la ausencia

por el lienzo triste
del artista muerto
por las sombras, las proporciones

por el arte que se convierte en tortura
en esclavitud

por mi sombra
por el olvido
por las palabras
las que tienen puntas de lanza

por el todo y la nada
por el hombre
por el fuego
por las montañas altas

por las huellas que nos guían
por la duda
por descartes
que murió sin saber nada

por el hijo que no tengo
por el blues
por la guitarra que no sabemos tocar

por los espejos
por las drogas
por las paredes sucias

por la angustia de ser
por esta mascarada
que es la sociedad

por las copas rotas
por las banderas
por las esperanzas
y su irremediable agonía

Edward.-

6 comentarios:

M. dijo...

Me quito el sombrero ante tus versos amargos, dulces, y grotescos, y bellos.

Y esta noche beberé por cada uno de esos pretextos. Para que tengan peso en el plato la balanza donde sospesamos el valor de la vida contra la posibilidad de la muerte, cada noche.

Themys Brito dijo...

Suave y profundo como siempre. Un saludo Edward.

Angeles dijo...

Gracias Edward, tenía unas lágrimas atravesadas y las hiciste salir.
Un beso.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Por el ayer, por el hoy, por el mañana...

Y por muchas más, vale la pena seguir siempre adelante

Saludos.

Iconoclasta dijo...

No queda nada más por quien guardar silencio.
Sólo por nosotros, y estamos demasiado vivos para que nos guarden un silencio, aunque fuera tan sólo de unos segundos.
Aún a costa de sentirse muerto. Hay tanto ruido...

Siempre taladrando las emociones, Edward.
Buen sexo.

Inma dijo...

el deseo callado, las copas rotas, la mascarada.. tan bien descrita la agonía, el hastío, en este poema. A menudo parece al mirar en derredor que hay poca cosa que valga la pena!