La gente imagina horizontes al hablar de libertad, simetría al hablar de belleza, Dioses al hablar de miedos.
21 nov 2008
Pequeñas Cosas
Un bolígrafo que no escribe
dos libros de Saramago
un espejo que me odia
con dos fotos estampadas
Una billetera del ché
con doscientos pesos
y varias tarjetas
Dos libretas
(en una de ellas solía escribir frente al mar)
Una copia de Scarface
que ya he visto nueve veces
en la tele, Nelson golpea a Bart
y lisa toca el Sax
El reloj anuncia que es tarde
sin tener idea del tiempo
siento un latido irregular
cierro los ojos
y recuerdo la palabra "rosebud"
de labios de un moribundo
Un disco variado
con algo de Sabina, Silvio
Serrat y Serrano
Una gorra del Licey
media cajetilla de Marlboro Lights
un poster de bunbury
Una cortina que se mueve con el viento
un ejemplar de mi libro
por el que tuve que pagar 7 dólares
Mi carnet del trabajo
que me recuerda que soy esclavo
con salario, pero esclavo
Pastillas, medias sucias
mis nuevos Converse
un recuerdo entrometido
un delirio, un temblar de manos
Se acaban los Simpson
Ahora escucho a Bjork
para olvidar por un instante
los rostros, las mentiras
la rutina, la trivialidad
En mis palabras hay abismos
y en mi silencio hay destierros
me disfrazo de apostador
para jugar a que existo
Bostezo
me recuesto
…Todo acaba
poco antes
de volver a empezar…
Edward.- (el último párrafo lo había escrito ya, en otro poema, pero no importa, es que me gusta)
17 nov 2008
Te prefiero ausente
Arena blanca
arena que quema mis pies
A veces el tiempo desprende espinas
de la rosa de la libertad
Me descubro libre
y dibujo barrotes en el aire
mientras mis dedos se deshacen
A veces cierro los ojos
ante una belleza que me aturde
y mis pies se detienen
y mi tiempo se convierte en tableros
de un ajedrez que no se jugar
No regreses a mí...
Prefiero que seas mi horizonte
seguir la estela de tu vuelo
el rastro de tu perfume casi ausente
el eco de tu silencio
De tu silencio...
El azar tiene manos frías
y temblorosas
sus caricias son inoportunas
En mi desierto, las dunas se mueven como olas
como serpientes que reptan
por los caminos de la eternidad
Me pierdo en la mirada de una mujer desconocida
quiero llamarla madre
y morir en sus brazos
bajo una lluvia de espinas de tiempo
que nos purifique
Caminos largos
muertos que construyen puentes
viento que no sabe qué decir
el adiós del que parte
el silencio del que regresa
y solo encuentra lápidas
Una mirada azul
mas azul que el cielo
una flor desprendida
que se arroja al vacío
un hombre sin manos que vuela tras ella
y su vuelo se transfigura en puertas
puertas que no me atrevo a cruzar
un duende que colecciona historias
el bigote de Chaplin
sobre los labios de Kant
el castillo de Kafka en llamas
el hombre extraño de Silvio
caminando sobre las aguas del Bajabonico
cansado de besar todo
los encajes del vestido
de una mujer que no me ama
el aliento entrecortado del suicida
un poco de yerba
envuelta en la partitura de “imagine”
Tanta gente
tantos sueños
verdades, mentiras
filosofías perdidas en el tiempo
como tesoros bajo el mar
Amor, no regreses a mí
no sabría que hacer.
Edward- (quería escribir un lindo y conmovedor poema y esto fue lo que salió)
11 nov 2008
Como lágrimas bajo la lluvia...
Oh, pequeña vida
no me abandones ahora
bajo esta lluvia insensible
desnudo y humillado
ante mi enemigo
a quien no aprendí a odiar
De qué me sirve haber visto tanto,
haber llegado tan lejos?
Puedo ver tu miedo, humano
es como un fuego que te abraza
lentamente,
Mi miedo es un camino infinito
espinado, poblado de fieras
y oscuro
Nunca lo entenderás.
Nunca.
Edward.- (Se aferraba a la paloma como si esta fuese la vida misma, pero al final, batió sus alas y se marchó para siempre, era inevitable.)
7 nov 2008
Al menos la nada...
Tus caminos despoblados y silenciosos
una casa de madera en las alturas
habitación en penumbras
casi como un sueño
Ladridos de perros muertos
reverberaciones, ecos...
restos desenterrados de una historia
de una batalla que no quisimos librar
enemigos invisibles que nos amordazaron
El cielo se enciende al atardecer
la noche se avecina
sigilosa, suspicaz y hambrienta
A tientas, jadeante
deambulo por las líneas de tus manos
mis pies ya no tienen alas
tengo cuencas vacías en lugar de ojos
y magma ardiente en mis venas
Quería esculpirte
y darte mi alma
una y otra vez
hasta desfallecer
Pero fui tan ambicioso
y te hice tan gigante
que mil almas no serían suficientes
no serían suficientes…
Y me arrastro…
me desgarro la piel
ya no me importa el tiempo
ni el dolor
ni la música del viento
ni el azar
ni el péndulo de la eternidad
Mas allá de la paz
de la ataraxia
ha de haber algo más puro
un núcleo de fuego inextinguible
creciente, definitivo
Algo ha de redimirnos
Al menos la nada
Al menos la nada
La nada
Nada...
Edward.- (Pensando en el infinito, en la eternidad, grandes cosas que no sirven de nada)
6 nov 2008
Sombras
Lentamente...
las hojas se mueven
hay cierto misterio en ello
cierta fascinación
Alguien arranca una rosa
y piensa en pasado
en despertares
en Schopenhauer
Reminiscencias de tu voz
de tu silueta tras la cortina
de una herida
de un andar pausado
casi detenido
Quisieras decir algo
y tus palabras se trenzan
te ahogan
Las manos de ese hombre
parecen hechas de barro
sus dedos se rompen
y ni siquiera lo nota
su dolor es diferente
Naturaleza inconstante
desenfundas tu espada y nos hieres
como si no te importara nada
Pobre mujer hermosa
antes bailabas de alegría
hoy, por unos billetes
la soledad corre por tus mejillas
y se detiene en tus labios
observo tu sombra
me intimidan tus tacones
tus ojos enrojecidos
eres el sol de mi desierto
estoy a tu merced
Pueblo perdido
polvorientas calles
esperanzas marchitas
los muertos al cementerio
los vivos al bar
Viento del sur
libros polvorientos
fotografías cínicas
poemas que a nadie importan
nombres de mujer
las que nunca tuvimos
las que se fueron
las inolvidables, las malditas
A escasos pasos de la muerte
sonrie el prisionero
y el verdugo no hace mas que temblar
los minutos se arrastran despacio
hacia un abismo desconocido
hacia un mar tempestuoso
que probablemente sea irreal
El verdadero tiempo no tiene nombre.
Edward.- (si pudiera estar frente al mar en lugar de esta pequeña oficina...)
las hojas se mueven
hay cierto misterio en ello
cierta fascinación
Alguien arranca una rosa
y piensa en pasado
en despertares
en Schopenhauer
Reminiscencias de tu voz
de tu silueta tras la cortina
de una herida
de un andar pausado
casi detenido
Quisieras decir algo
y tus palabras se trenzan
te ahogan
Las manos de ese hombre
parecen hechas de barro
sus dedos se rompen
y ni siquiera lo nota
su dolor es diferente
Naturaleza inconstante
desenfundas tu espada y nos hieres
como si no te importara nada
Pobre mujer hermosa
antes bailabas de alegría
hoy, por unos billetes
la soledad corre por tus mejillas
y se detiene en tus labios
observo tu sombra
me intimidan tus tacones
tus ojos enrojecidos
eres el sol de mi desierto
estoy a tu merced
Pueblo perdido
polvorientas calles
esperanzas marchitas
los muertos al cementerio
los vivos al bar
Viento del sur
libros polvorientos
fotografías cínicas
poemas que a nadie importan
nombres de mujer
las que nunca tuvimos
las que se fueron
las inolvidables, las malditas
A escasos pasos de la muerte
sonrie el prisionero
y el verdugo no hace mas que temblar
los minutos se arrastran despacio
hacia un abismo desconocido
hacia un mar tempestuoso
que probablemente sea irreal
El verdadero tiempo no tiene nombre.
Edward.- (si pudiera estar frente al mar en lugar de esta pequeña oficina...)
3 nov 2008
Testamento (a quien pueda interesar)
Toma mis manos
úsalas a tu antojo
a mí ya no me sirven
construye con ellas un hogar
y sé feliz en él
Mi eternidad fue tan breve
y mis ojos ya no saben llorar
Empuña una gran espada
atraviesa el tiempo
córtalo en mil pedazos
y espárcelos al viento
para que no te hagan daño
Planta un árbol
y crece junto a él
Escribe tanto como puedas
acaricia, desnuda
enjuga lágrimas
enciende hogueras
toca arpas imaginarias
Toma mi voz
y di a mi madre que la amo
pues yo nunca pude
ni podré
Toma mi silencio
y regocíjate en él
es lo único valioso que tuve
Toma mi angustia
aprende de ella
solo lo necesario
Lleva mi escepticismo como estandarte
hasta que descubras el tuyo
y créeme, lo harás
No temas a la soledad
solo la harías mas fuerte
pues se alimenta de miedo
Toma mis manos
y abofetea a los dioses
a los que amenazan con infiernos
y a los que destruyen la voluntad.
Edward.- (La rutina tiene sabor agrio, quisera fragmentarme en infinitas partes y atravesar el espacio-tiempo una y otra vez hasta que alguien diga "basta")
úsalas a tu antojo
a mí ya no me sirven
construye con ellas un hogar
y sé feliz en él
Mi eternidad fue tan breve
y mis ojos ya no saben llorar
Empuña una gran espada
atraviesa el tiempo
córtalo en mil pedazos
y espárcelos al viento
para que no te hagan daño
Planta un árbol
y crece junto a él
Escribe tanto como puedas
acaricia, desnuda
enjuga lágrimas
enciende hogueras
toca arpas imaginarias
Toma mi voz
y di a mi madre que la amo
pues yo nunca pude
ni podré
Toma mi silencio
y regocíjate en él
es lo único valioso que tuve
Toma mi angustia
aprende de ella
solo lo necesario
Lleva mi escepticismo como estandarte
hasta que descubras el tuyo
y créeme, lo harás
No temas a la soledad
solo la harías mas fuerte
pues se alimenta de miedo
Toma mis manos
y abofetea a los dioses
a los que amenazan con infiernos
y a los que destruyen la voluntad.
Edward.- (La rutina tiene sabor agrio, quisera fragmentarme en infinitas partes y atravesar el espacio-tiempo una y otra vez hasta que alguien diga "basta")
1 nov 2008
Para siempre
Viejos arquetipos
ideas que envejecen y mueren
estructuras de pálido color
hombrecillos deformes
con ojos que no ven
uno tras otro, sin vida
Muñecos articulados
falsas necesidades
ideales degradantes
aniquilan la voluntad
productos que te hacen feliz
piedras filosofales de alta tecnología
El predicador se ha cansado de fingir
le tiemblan las manos
deshecho en llanto
cabizbajo y solo
Y una lágrima desciende
lenta y amarga como la soledad
cae violentamente
sobre la palabra "reino"
borrándola para siempre
Para siempre
Los grandes hombres
los que miraban al cielo
y en lugar de respuestas
buscaban inspiración
los verdaderos humanos
Los versos que se escribían
a orillas de un precipicio
como queriendo saltar
y transfigurarse en vuelos de pájaros
con alas de fuego inextinguible
El cielo sangrante del crepúsculo
los largos caminos
hacia una libertad de papel
hacia mundos imaginarios
como gotas de agua
Mi desierto particular
De cuyas arenas brotan diamantes
hermosos e inútiles diamantes
Salamandra enamorada
no me mires así
me haces sentir lástima de mí mismo
Cuarteto de cuerdas
manantial de dudas
al final la verdad no importa
Edward.- (Hermosa mañana, la primera de noviembre, recuerdos, noticiero imprudente que lo arruina todo)
ideas que envejecen y mueren
estructuras de pálido color
hombrecillos deformes
con ojos que no ven
uno tras otro, sin vida
Muñecos articulados
falsas necesidades
ideales degradantes
aniquilan la voluntad
productos que te hacen feliz
piedras filosofales de alta tecnología
El predicador se ha cansado de fingir
le tiemblan las manos
deshecho en llanto
cabizbajo y solo
Y una lágrima desciende
lenta y amarga como la soledad
cae violentamente
sobre la palabra "reino"
borrándola para siempre
Para siempre
Los grandes hombres
los que miraban al cielo
y en lugar de respuestas
buscaban inspiración
los verdaderos humanos
Los versos que se escribían
a orillas de un precipicio
como queriendo saltar
y transfigurarse en vuelos de pájaros
con alas de fuego inextinguible
El cielo sangrante del crepúsculo
los largos caminos
hacia una libertad de papel
hacia mundos imaginarios
como gotas de agua
Mi desierto particular
De cuyas arenas brotan diamantes
hermosos e inútiles diamantes
Salamandra enamorada
no me mires así
me haces sentir lástima de mí mismo
Cuarteto de cuerdas
manantial de dudas
al final la verdad no importa
Edward.- (Hermosa mañana, la primera de noviembre, recuerdos, noticiero imprudente que lo arruina todo)
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